

Las amenazas más comunes en la web incluyen:
1. Phishing: Es un tipo de fraude en línea donde los atacantes intentan engañar a las personas para que revelen información sensible, como contraseñas o datos bancarios, mediante correos electrónicos o sitios web falsos que imitan a los legítimos.
2. Malware: Se refiere a cualquier software malicioso diseñado para dañar, infiltrarse o explotar dispositivos y redes. Esto incluye virus, spyware, troyanos y adware que pueden robar información o dañar sistemas.
3. Ransomware: Es un tipo de malware que cifra los archivos de un usuario y exige un rescate para restaurar el acceso. Los atacantes suelen amenazar con borrar la información si no se paga el rescate.
4. Ataques DDoS: Son ataques de denegación de servicio distribuido que buscan hacer que un servicio en línea sea inaccesible al inundarlo con tráfico desde múltiples fuentes. Esto puede causar interrupciones significativas en los servicios.
5. Man-in-the-Middle (MitM): En este ataque, el atacante intercepta la comunicación entre dos partes sin que ellas lo sepan. Esto puede permitir al atacante robar información o modificar los datos transmitidos.
6. Inyección SQL: Este tipo de ataque permite a los atacantes ejecutar comandos SQL maliciosos en bases de datos a través de formularios web vulnerables, lo que puede resultar en el robo o modificación de datos.
7. Explotación de vulnerabilidades: Los atacantes aprovechan fallas en software o sistemas operativos para ganar acceso no autorizado a redes y dispositivos.
8. Ingeniería social: Implica manipular a las personas para que divulguen información confidencial mediante técnicas psicológicas, como la suplantación de identidad o el uso de urgencia.
Es importante estar informado sobre estas amenazas y tomar medidas adecuadas para protegerse, como utilizar software de seguridad, educar a los usuarios y mantener actualizados los sistemas y aplicaciones.

Helen Rodríguez 2-756-215
Investigación criminal y seguridad
Turno nocturno
Versno1

Sitios web falsificados mediante ejemplos:
URL sospechosa: Los sitios web falsificados a menudo utilizan URLs que son similares a las de los sitios legítimos, pero con pequeñas diferencias. Por ejemplo, en lugar de "www.banco.com", un sitio falso podría ser "www.banco-secure.com" o "www.banco.com.fake". Siempre verifica la URL en la barra de direcciones.
Diseño y calidad: Los sitios web falsificados pueden tener un diseño poco profesional, errores tipográficos o imágenes de baja calidad. Por ejemplo, un sitio de phishing que intenta imitar un banco puede tener un logotipo distorsionado o texto mal escrito.
Solicitudes inusuales de información: Si un sitio web solicita información que no es necesaria para su función (como tu contraseña, número de seguro social o información financiera), es una señal de advertencia. Un sitio legítimo no debería pedirte que ingreses datos sensibles sin motivo claro.
Falta de seguridad: Revisa si el sitio tiene un certificado SSL. Esto se indica con un candado en la barra de direcciones y la URL comenzando con "https://". Si ves "http://" sin el candado, es posible que el sitio no sea seguro.
Urgencia o amenazas: Los sitios falsificados a menudo utilizan tácticas de urgencia para asustarte y hacer que actúes rápidamente, como mensajes que dicen que tu cuenta será bloqueada si no ingresas tu información de inmediato.
Errores en la página: A menudo, los sitios falsificados tendrán errores en la configuración, como enlaces rotos o imágenes que no cargan correctamente. Por ejemplo, si haces clic en un enlace y te lleva a una página 404 (no encontrada), puede ser una señal de que el sitio no es legítimo.
Revisar la información del contacto: Los sitios auténticos suelen tener información clara sobre cómo contactarlos, como un número de teléfono o dirección física. Si no puedes encontrar esta información o parece sospechosa, es mejor desconfiar.
Buscar reseñas o comentarios: Antes de ingresar información personal en un sitio nuevo, busca opiniones o comentarios en línea sobre el mismo. Si encuentras muchas quejas sobre estafas o problemas, es mejor evitarlo.
Reconocer estos signos te ayudará a protegerte contra sitios web falsificados y fraudes en línea. Siempre mantén precaución al navegar por la web y verifica la autenticidad de los sitios antes de proporcionar cualquier información personal.