Indicador 1:
“Demuestra sensibilidad e imaginación en su relación espontánea y cotidiana con los demás, con la naturaleza y con su entorno.”
La docente invitará a los niños a salir al patio o a un espacio abierto. Les pedirá que cierren los ojos durante unos segundos y escuchen con atención los sonidos del entorno, sientan el viento en la cara, huelan el espacio, toquen el suelo o el pasto.
Luego, al regresar al aula, la docente les proporcionará hojas blancas, acuarelas o lápices de colores suaves, y les propondrá:
“Ahora vamos a pintar cómo sentimos el viento. No lo que vimos, sino lo que imaginamos y sentimos.”
Se les dará tiempo libre para pintar su experiencia, y luego cada niño compartirá su obra explicando lo que representa.